Gemma González

Gemma González

Terapeuta Ocupacional

La heminegligencia es un trastorno neurológico que afecta la percepción espacial, generalmente en personas que han sufrido un accidente cerebrovascular. 

Este problema lleva a que los pacientes ignoren por completo un lado de su espacio (a menudo el izquierdo), aun cuando su visión y sentidos están intactos.

Además, este trastorno impacta seriamente en la vida diaria de los pacientes y representa un reto en su rehabilitación. Y es que afecta tanto a su  independencia como a su seguridad, dificultando tareas cotidianas y aumentando el riesgo de accidentes.

A continuación, explicaremos con más detalle de qué se trata la heminegligencia, sus manifestaciones, diagnóstico y los tratamientos más eficaces que están ayudando a las personas afectadas a recuperar parcialmente la percepción de su entorno. 

¿Qué es la heminegligencia?

Heminegligencia

La heminegligencia, o negligencia espacial unilateral, es un trastorno neurológico en el cual una persona ignora estímulos provenientes de un lado de su espacio o cuerpo.

A diferencia de otros trastornos visuales o de percepción, en la heminegligencia los órganos sensoriales del paciente suelen funcionar correctamente, pero el cerebro no es capaz de procesar información proveniente de uno de los hemisferios. 

Esto ocurre con mayor frecuencia tras un daño en el hemisferio derecho del cerebro, lo cual afecta la percepción del lado izquierdo del entorno y del propio cuerpo.

¿Qué tipos existen?

Existen diferentes manifestaciones de la heminegligencia, y pueden variar en función de qué aspectos del espacio y del cuerpo del paciente quedan desatendidos. Estos son los tipos más comunes:

Causas principales

La causa más común de la heminegligencia es un accidente cerebrovascular (ACV) en el hemisferio derecho, suele ser más frecuente, o en el izquierdo, que afecta al funcionamiento de áreas cerebrales relacionadas con la atención y la percepción espacial. 

También puede ser consecuencia de traumatismos craneales, tumores o enfermedades degenerativas que dañen el mismo hemisferio.

Algunas de las dificultades funcionales derivadas de este trastorno

Hábitos de higiene

La heminegligencia afecta profundamente a la autonomía de las personas en sus actividades diarias. 

Al no percibir el lado afectado, ni responder a los estímulos de ese lado, los pacientes presentan importantes limitaciones en actividades que antes realizaban con normalidad. Estas limitaciones se manifiestan de manera concreta en tareas de higiene, movilidad, alimentación y otras actividades esenciales.

Higiene personal

Los pacientes tienden a enjabonarse y secarse solo el lado que perciben, dejando el lado afectado sin atención. Esto puede dar lugar a problemas de higiene y aumenta el riesgo de infecciones cutáneas en la zona desatendida.

Lo mismo ocurre al peinarse, ponerse desodorante, afeitarse, maquillarse o cepillarse los dientes, los pacientes suelen centrarse solo en el lado “intacto o bueno” de su cuerpo. 

Dejando de lavar o cuidar el lado afectado, lo que repercute en su aspecto y en su salud general.

Vestimenta

Vestirse se convierte en un desafío importante. Los pacientes suelen tener dificultades para orientar las prendas en relación con su cuerpo, y es común que olviden vestir el lado afectado. 

Esto provoca que su ropa quede mal colocada, y que puedan necesitar ayuda externa para vestirse adecuadamente.

Alimentación y cocina

Durante las comidas, los pacientes suelen comer solo los alimentos situados en el lado que perciben y pueden dejar la mitad del plato sin tocar. 

Tampoco encuentran fácilmente utensilios o alimentos situados en su lado afectado, y pueden limpiarse la boca solo de un lado.

Además, en la preparación de alimentos, la heminegligencia afecta a la capacidad de seguir instrucciones completas en una receta, omitiendo pasos o ingredientes del lado afectado. 

Esto también se presenta en recetas familiares, en las que pueden dejar de usar ingredientes simplemente por no verlos en su espacio de trabajo.

Movilidad

Al moverse en su entorno, los pacientes corren riesgos elevados. Al cruzar una calle, no miran hacia el lado afectado, lo cual representa un peligro para su seguridad. 

Además, suelen chocar con objetos o personas situadas en ese lado, ya que no los perciben y no esquivan los obstáculos.

Dormir

Al acostarse, tienden a cubrirse solo el lado no afectado con las mantas, dejando el otro lado expuesto al frío, lo que puede afectar su descanso y su bienestar físico.

Control de la medicación

La organización de la medicación es compleja para quienes tienen heminegligencia. Al preparar su pastillero, suelen dejar sin llenar la mitad correspondiente al lado afectado, lo que puede ocasionar problemas de salud por no seguir adecuadamente su tratamiento.

Manejo de tecnologías

En el uso de dispositivos como móviles y computadoras, los pacientes tienden a omitir el lado afectado de la pantalla. Esto significa que pueden ignorar aplicaciones, información y mensajes en ese lado, lo que limita su capacidad de comunicación y acceso a información importante.

En definitiva, estas dificultades limitan gravemente la autonomía de los pacientes y aumentan su dependencia de otras personas

La rehabilitación para la heminegligencia es esencial, ya que sin ella, muchas personas verán restringida su capacidad de reintegrarse plenamente a sus actividades diarias.

¿Cuáles son sus tratamientos?

Rehabilitación neuropsicológica

La rehabilitación de la heminegligencia representa un desafío debido a la complejidad del trastorno y a las múltiples áreas cerebrales afectadas

No obstante, existen diversas intervenciones que buscan mejorar la percepción del lado afectado y ayudar al paciente a reintegrarse a la vida diaria con mayor independencia. 

Los tratamientos actuales incluyen desde ejercicios de exploración visual hasta terapias más avanzadas. A continuación, hablaremos de las principales opciones terapéuticas disponibles.

Rehabilitación neuropsicológica

La rehabilitación neuropsicológica se enfoca en entrenar al cerebro para recuperar o mejorar la percepción del lado afectado. Algunos de los métodos incluyen:

Estimulación sensorial y motora

La estimulación del lado afectado mediante diferentes sentidos y movimientos puede ayudar a que el cerebro recupere la percepción de esa zona.

Entrenamiento de feedback y retroalimentación visual

Técnicas que utilizan espejos, feedback visual, y otras herramientas de retroalimentación pueden mejorar la percepción espacial de los pacientes con heminegligencia.

Al obligar al cerebro a procesar información del lado ignorado, esta técnica promueve una mayor integración de ambos hemisferios espaciales. Con la práctica, los efectos pueden permanecer incluso sin el uso de las gafas.

Terapia ocupacional y fisioterapia

Los terapeutas ocupacionales y fisioterapeutas desempeñan un papel clave en el proceso de rehabilitación, ayudando a los pacientes a adaptarse a las actividades diarias y a desarrollar estrategias para compensar las limitaciones.

Además de fortalecer el cuerpo, los ejercicios de fisioterapia también entrenan al paciente a ser consciente de su cuerpo y espacio, utilizando señales visuales y auditivas para mejorar su capacidad de percibir el lado afectado.

En definitiva, la heminegligencia es un trastorno complejo que impacta profundamente la vida diaria de quienes la padecen, dificultando la realización de tareas cotidianas y limitando su independencia. 

Sin embargo, los avances en tratamientos neuropsicológicos, como la estimulación visual, la terapia ocupacional y fisioterapia, han abierto nuevas posibilidades de rehabilitación. 

Aunque la recuperación total puede ser difícil, un enfoque multidisciplinario que combine varias de estas intervenciones puede ayudar significativamente a los pacientes a mejorar su percepción y funcionalidad en el lado afectado.

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