Autor Álvaro Castilla

Álvaro Castilla

Fisioterapeuta

La fisioterapia tras un tumor cerebral es una herramienta clave en el proceso de recuperación de los pacientes que han superado esta enfermedad.

Los tumores cerebrales, ya sean malignos o benignos, tienen un impacto significativo en la función neurológica y motora, debido a su ubicación en áreas cruciales del cerebro que controlan el movimiento, el equilibrio, el habla y otras habilidades cognitivas. 

El tratamiento médico, que a menudo incluye cirugía, radioterapia o quimioterapia, puede ser exitoso en la eliminación del tumor, pero deja a muchos pacientes enfrentando secuelas físicas y cognitivas que afectan su calidad de vida diaria.

En este contexto, la rehabilitación física se convierte en una parte esencial del plan de tratamiento a largo plazo. 

Y es que la fisioterapia neurológica está orientada a ayudar a los pacientes a recuperar o mejorar la funcionalidad perdida, permitiéndoles recuperar su independencia y adaptarse a las nuevas condiciones físicas. 

Por ello, el propósito de este artículo es analizar en detalle la importancia de la fisioterapia tras un tumor cerebral, sus beneficios y cómo puede influir positivamente en la vida de los pacientes.

¿Qué es un tumor cerebral? Tipos y características

dibujo tumor cerebral

Un tumor cerebral es una masa o crecimiento anormal de células en el cerebro, que puede ser benigno (no canceroso) o maligno (canceroso). 

Aunque su gravedad y tratamiento varían según el tipo, la localización y el tamaño del tumor, todos los tumores cerebrales tienen el potencial de afectar de manera significativa las funciones neurológicas. 

Esto se debe a que el cerebro controla cada función del cuerpo humano, y cualquier presión o daño en sus estructuras puede causar una amplia variedad de síntomas y secuelas.

¿Qué tipos existen?

Los tumores cerebrales se dividen en dos grandes categorías: primarios y secundarios

Los tumores primarios son aquellos que se originan en el propio cerebro o en sus tejidos circundantes, como las meninges, nervios o glándulas. 

Y, los tumores secundarios, también llamados metastásicos, provienen de otros tipos de cáncer que se han diseminado al cerebro. 

Independientemente de su tipo, un tumor cerebral puede interrumpir el funcionamiento normal de las neuronas y otras estructuras esenciales del cerebro, lo que genera síntomas tanto físicos como cognitivos.

Efectos físicos de los tumores cerebrales y sus tratamientos

mujer con dolor de cabeza

Impacto físico

Los efectos físicos de un tumor cerebral dependen en gran medida de su ubicación. 

Algunas áreas del cerebro controlan el movimiento, el equilibrio, la coordinación y la fuerza muscular. Cuando un tumor afecta una de estas áreas, los pacientes pueden experimentar los siguientes efectos.

Debilidad muscular 

La presión o el daño en las áreas motoras del cerebro puede causar debilidad en una o varias partes del cuerpo, lo que dificulta realizar actividades cotidianas como caminar, levantar objetos o incluso mantenerse de pie.

Pérdida de coordinación y equilibrio

 El cerebro es responsable de coordinar los movimientos y mantener el equilibrio. 

Un tumor en regiones como el cerebelo o el lóbulo frontal puede provocar problemas para mantener la postura, caídas frecuentes o dificultades para coordinar movimientos precisos.

Parálisis o hemiparesia

En algunos casos, los tumores que comprimen las áreas motoras pueden llevar a la parálisis completa o parcial de un lado del cuerpo, lo que se conoce como hemiparesia

Esto afecta tanto a las extremidades como a la capacidad para controlar los músculos faciales, del habla, de la respiración o de la deglución o musculatura implicada en el mantenimiento de la postura.

Problemas sensoriales

Además de afectar el movimiento, un tumor cerebral puede interferir en la percepción sensorial  exteroceptiva, alterando la capacidad de sentir el tacto, el dolor, la temperatura o las vibraciones; así como la percepción sensorial interoceptiva, más relacionada con la propiocepción y el equilibrio. 

Esta falta de sensibilidad puede dificultar el reconocimiento de peligros, el manejo adecuado de objetos  o el posicionamiento de los segmentos corporales en el espacio.

Espasticidad y rigidez muscular

La interrupción de los circuitos nerviosos puede generar rigidez en los músculos, conocida como espasticidad, lo que complica aún más los movimientos y puede causar dolor.

Fatiga

La mayoría de los pacientes con esta enfermedad experimentan una fatiga significativa, no solo por el impacto físico del tumor y su tratamiento, sino también debido al esfuerzo que requiere el cerebro para compensar las áreas afectadas.

Efectos secundarios de los tratamientos

El tratamiento de un tumor cerebral generalmente implica una combinación de cirugía, radioterapia y quimioterapia, dependiendo del tipo y la extensión del tumor. 

Cada uno de estos tratamientos tiene efectos secundarios que también pueden impactar físicamente a los pacientes.

Cirugía

La extirpación de un tumor cerebral es una intervención delicada, que a menudo puede causar daño a los tejidos circundantes. 

Aunque los neurocirujanos intentan minimizar estos riesgos, es posible que los pacientes experimenten pérdida temporal o permanente de funciones motoras, problemas de equilibrio o fatiga extrema postquirúrgica.

Radioterapia

Aunque es eficaz para destruir las células tumorales, la radiación también puede dañar el tejido cerebral sano. 

Esto puede aumentar la fatiga, causar inflamación cerebral y, en algunos casos, producir pérdida de funciones motoras o cognitivas.

Quimioterapia

Este tratamiento puede tener efectos sistémicos que incluyen debilidad muscular, pérdida de energía, neuropatía periférica (daño a los nervios que provoca entumecimiento y hormigueo) y problemas de coordinación. 

La quimioterapia también puede incrementar la sensación de fatiga y reducir la capacidad física para realizar actividades diarias.

El rol de la fisioterapia en la rehabilitación tras un tumor cerebral

fisioterapia tras un tumor cerebral

La fisioterapia tras un tumor cerebral es una parte fundamental del proceso de rehabilitación. 

Ayuda a los pacientes a restaurar la movilidad, mejorar la fuerza y recuperar la funcionalidad perdida como consecuencia de la enfermedad y sus tratamientos. 

Dado el impacto que los tumores cerebrales pueden tener en las habilidades motoras y neurológicas, la fisioterapia no solo se centra en la rehabilitación física, sino que también juega un papel clave en la rehabilitación neurológica ayudando a “reentrenar” el cerebro y cuerpo para trabajar de forma conjunta.

Beneficios físicos de la fisioterapia

Los beneficios de la fisioterapia tras un tumor cerebral son múltiples, y su alcance va más allá de la mera mejora física. 

Recuperación del control motor

A través de la fisioterapia, los pacientes pueden recuperar la capacidad de controlar los movimientos, incluso si inicialmente estos se encuentran muy limitados. 

La repetición de movimientos específicos puede ayudar al cerebro a reorganizarse y establecer nuevas conexiones neuronales, un fenómeno conocido como neuroplasticidad

Este proceso es fundamental para recuperar el control de las extremidades o mejorar habilidades motoras finas y gruesas.

Mejora del equilibrio y prevención de caídas

El fortalecimiento de los músculos estabilizadores, junto con los ejercicios de equilibrio, ayuda a reducir el riesgo de caídas, una de las complicaciones más comunes en pacientes con debilidad o problemas de coordinación tras un tumor cerebral.

Alivio del dolor

Algunos pacientes experimentan dolores musculares y articulares debido a la rigidez, la falta de movimiento o las posiciones forzadas. 

Los estiramientos, las movilizaciones y las técnicas manuales de la fisioterapia pueden ayudar a reducir la tensión muscular y aliviar el dolor, mejorando así el bienestar general del paciente.

Aumento de la resistencia física

Los tratamientos contra el tumor cerebral y el propio proceso de recuperación pueden generar una profunda fatiga en los pacientes. 

La fisioterapia trabaja gradualmente en la mejora de la resistencia física, a través de técnicas como la reeducación de la respiración o la readaptación al esfuerzo, ayudando a los pacientes a retomar sus actividades cotidianas sin sentirse tan agotados.

Prevención de contracturas y rigidez

La inactividad y la inmovilidad pueden llevar a la rigidez de los músculos y articulaciones, lo que puede ser doloroso y limitar el movimiento.

La fisioterapia se enfoca en ejercicios de estiramiento y movilización para mantener la flexibilidad y prevenir el acortamiento muscular y la aparición de rigidez articular.

Mejora de la función respiratoria

La debilidad generalizada puede afectar los músculos respiratorios. 

Para ello, se incluyen ejercicios que fortalecen la musculatura respiratoria, mejorando la capacidad pulmonar y facilitando una respiración más eficiente, lo que es especialmente beneficioso durante y después del tratamiento.

Optimización de la función cardiovascular

La fisioterapia también puede incluir actividades que mejoran la salud cardiovascular, como ejercicios aeróbicos de bajo impacto. 

Estos ejercicios ayudan a mejorar la circulación sanguínea, aumentar la resistencia cardiovascular y prevenir complicaciones como la trombosis venosa profunda.

Establecimiento de una rutina de ejercicio

La fisioterapia proporciona a los pacientes las herramientas necesarias para establecer una rutina de ejercicio sostenible que pueden continuar por su cuenta. 

Esto es fundamental para mantener los avances logrados y fomentar un estilo de vida activo y saludable a largo plazo.

Fomento de la independencia funcional

La rehabilitación física ayuda a los pacientes a recuperar las habilidades necesarias para realizar actividades de la vida diaria, desde caminar y levantarse de una silla hasta vestirse y alimentarse. 

Esta independencia no solo mejora la calidad de vida, sino que también refuerza la autoestima y la confianza del paciente.

Reducción de la ansiedad y el estrés

Participar en sesiones de fisioterapia y experimentar mejoras físicas puede tener un efecto positivo en la salud mental del paciente. 

Al mejorar la capacidad de movimiento y la funcionalidad, se reduce la ansiedad relacionada con la pérdida de independencia y se fomenta un sentido de control sobre su recuperación.

Prevención de complicaciones secundarias

La fisioterapia ayuda a prevenir diversas complicaciones asociadas a la inactividad, como úlceras por presión y problemas circulatorios. 

A través de la movilización y ejercicios regulares, se mejora la circulación y se evitan condiciones que pueden complicar aún más la recuperación.

En definitiva, la fisioterapia tras un tumor cerebral es un pilar esencial en el proceso de recuperación. 

Los tumores cerebrales, junto con sus tratamientos, dejan secuelas físicas y neurológicas que afectan de manera significativa la vida diaria de los pacientes. 

Aquí es donde la fisioterapia interviene, ofreciendo un enfoque personalizado y multidisciplinario que no solo trabaja en la recuperación física, sino también en la rehabilitación neurológica, promoviendo la plasticidad cerebral y la mejora funcional.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *